domingo, 29 de diciembre de 2013

Domingos

Un poema que escribí hace tiempo, impropio para estas fechas, pero me gusta igualmente. Dedicado a los que palian con desidia con una tarde de domingo que parece hecha de alquitrán. A los que se enfangan en el tedio del crepúsculo con la certeza gris de un Lunes que no dibuja sonrisas. A los que se retuercen entre las manecillas del reloj. A los que se quedarían sentados en un anillo de Saturno con los pies colgando en el infinito, contemplando como la galaxia gira y las estrellas explotan. A los que sienten el retumbar de su corazón como el tambor de una galera de esclavos que tiene por destino la rutina.


Domingos

Los domingos, la humanidad no ofrece alicientes.
El Sol sucede a la Luna (anoche le enseñé los dientes)
Manifestantes, votantes, borrachos, delincuentes,
Se incorporan mañana a su rutina
Yo busco mi alma (caliente, caliente).
Ayer la perdí en una esquina.

Los domingos, resacas y espinas,
Amores de “no me acuerdo” e historias de “no sonrías”.
Barrigas llenas pero almas vacías.

Los domingos, amnesia y mal aliento,
Llamadas cortas “¿Te desperté? Lo siento”

Y la humanidad sigue en movimiento.



Y aquí una canción acorde al tema tratado.

1 comentario:

  1. Si sigues produciendo a este ritmo, acabaré dándole la razón a Paco.
    Siempre he admirado a la gente que es capaz de rimar correctamente y respetar la métrica en todo momento, me parece una cualidad encomiable. Quizá por eso los poemas modernos con versos de métrica libre me hacen sentir menos estúpido.
    Estulticia mía aparte, me gustó mucho más el cuento de ayer. Es cierto que el último verso acude presto al rescate de sus camaradas para dejarle al lector una sensación de aceptable placidez y sosiego, pero por lo demás, me llaman bastante más la atención las analogías que empleas para introducir el poema. Keep rowing, rowing...

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