domingo, 20 de septiembre de 2015

Duerme conmigo

Winter taps at my window
Winds of my thoughts passing by
She laughed when I tried to tell her
That “hello” only ends in “good bye”

Los versos son de Rodriguez, un Bob Dylan menos guapo que, bien por reivindicativo o por tener apellido y rasgos latinos, nunca llegó a tener en USA el reconocimiento que creo que se merece. 

Me representan, esos versos. Digo abiertamente que durante mucho tiempo he sido así. El atormentado que se preocupa por los indicios, el que percibe las imperfecciones sutiles, el que no termina de disfrutar el presente ante la inminente aparición de un futuro desagradable. De modo que tiendo a preocuparme más de mantener los “indicadores de seguridad” en límites aceptables que de disfrutar del viaje. Me esfuerzo tanto por prevenir la caída que me he olvidado de que también puede disfrutarse del vértigo. 

Siempre evité dormir con chicas, al hecho de que soy  de natural solitario se le suma el miedo a generar dependencia, a percibir dependencia. A no querer dormir un día y hacerte daño al decírtelo. Lo sé, suena ridículo, pero soy así. Un desastre emocional con un contrato bien estructurado. Empeñado en forzar el final para decirte “Pero yo no hice nada mal, ¿eh? Actué según lo convenido”. Y aún así sorprendido cuando te vayas. Y luego están las noches de insomnio tratando de justificarme, porque yo no hice nada mal. Que las cosas salen mal y ya está. El barco se hundió pero no hay culpables. Esas cosas pasan.


Bueno, estoy cambiando. Voy a seguir cambiando. Voy a cambiar, voy a hacerlo. Voy a hacer lo posible por verte porque estoy a gusto contigo, voy a roncarte al oído y a reírme de mi mismo cuando descubras a mitad de la noche que he tirado todas las sábanas al suelo sin darme cuenta. Voy a invitarte a café y a enseñarte lo último que he escrito, si es que te gusta que escriba. Voy a llamar a esa persona de la que me acordé ayer y lo voy a hacer sin motivo alguno. Porque quizá se alegre de escucharme. Voy a decirle a mis amigos que los quiero solo para que lo sepan. Hoy voy a ser yo, carajo, que cuando sea viejo seguro que pensaré que todo pasó demasiado rápido y no quiero dejarme nada en el tintero. Voy a escatimar en previsiones de futuro para escribir el presente con mayúsculas. Y voy a pedirte que te quedes a dormir conmigo. Si quieres. Porque la verdad es que ahora mismo me apetece mucho.