jueves, 29 de enero de 2015

La decisión

Hay quien le echa la culpa a la televisión. Otros a la falta de valores patente en el ámbito educativo, y hay incluso quien elucubra con la posibilidad de que la alta prevalencia de tabaquismo a finales de los ochenta y principios de los noventa pueda guardar algún tipo de relación con ello, pero es una realidad y es innegable.  Mis amigos y yo, o yo y mis amigos, poniendo al burro primero, somos profundamente tontos.

Hacemos bromas infantiles y nos reímos de las caídas. Nos damos collejas y salimos corriendo, y hacemos rimas obscenas que debieron dejar de ser graciosas a los quince. Por Dios Santo, si hasta nos hace gracia la palabra “follaje”. En fin, que una de nuestras formas favoritas de dejar patente que una eventual falta de éxito con las féminas sería totalmente justificable consiste en plantear decisiones difíciles, la mayoría de ellas con un matiz truculento o nauseabundo, cuando no deliberadamente escatológico, y desgañitarnos carcajeando sobre las ocurrencias más absurdas. Ejemplo:

-“¿Qué preferirías, comerte a la momia de Lenin o tatuarte un culo en la frente?”

Carcajadas.

Pues el caso, que estábamos un día de cervezas y empezamos con la tonadilla de siempre cuando uno de nosotros, como tocado por una musa diferente a la habitual, salió con un planteamiento un punto más serio que de costumbre, y fue la única vez que nadie se rio, y tampoco coincidimos en las votaciones. Os reproduzco, grossomodo, el dilema:

Te vas a una isla desierta, en la que dispones de recursos como para, trabajándolos, alcanzar una esperanza de vida similar a la que tendrías aquí. También se te garantiza que no vas a tener ninguna enfermedad que te acorte la vida, salvo accidentes o conductas de la que tú seas enteramente responsable. Y puedes llevarte a una sola persona a elegir entre un colega relativamente cercano, bien de tu grupo de amigos o de tu grupo de la facultad o una chica completamente aleatoria (si eres mujer, entiéndase amiga/persona aleatoria del sexo opuesto). Es decir, por un lado te puede tocar desde tu mejor amigo hasta ese chaval que siempre ha estado en tu grupo pero al que nunca has tragado del todo y por otro, te puede tocar desde una ex novia hasta una loca que huela raro pasando por la chica de tus sueños o bien una persona que te sea totalmente indiferente. Así que ¿A quién te llevarías a una isla desierta?”


No nos pusimos de acuerdo, por más que cada uno alegó sus razones. Ahora os invito a que respondáis, de manera completamente anónima, a quién os llevaríais a una isla desierta. A ver qué sale. Muchas gracias y abrazos.